Tout va bien
"El cine no es un arte que filma la vida, es cine está entre el arte y la vida.”
Jean-Luc Godard.
Ojalá el autor sea tan descuidado como de estúpida, empecinada e imbécil es la señorita que olvidó el paraguas en la sala de disección. El carnicero como yo podemos jurar que todo lo que se diga es real; si quien no mima su esperanza, descuida sus sueños, todo no puede ser más que la verdad.
Un tipo está sentado en el camastro con la cara entre las manos, justo en la punta derecha de la cámara. De la boca de una señora, como una tos seca, en un erótico pero perfecto castellano: “Detente instante, eres tan bello” le cuenta y se remueve en la cama. Se queda quieto, apaga el cigarrillo en la sábana blanca. Un tipo hace un gesto de rechazo y se pone en cuclillas, lo putea en una escotada aunque fluída parla.
Antes de incorporarse y caminar en diagonal al extremo derecho de la cámara, se pone el cigarro entre los labios. De ahí a la mano, el juego de acá y allá, al paso ve un espejo. Se para en seco y ve al flaco gesticulado, tirando lo habido y por haber en la mesita de luz contra la pared. Un tipo alza los hombros, y como no le responde, el flaco grita más y se golpea los costados como en una película de Chaplin (no se lo escucha) y se queja no man is an island, entire of itself, everyone is a part of the continent, a piece of the main tan patético, saca el encendedor de plata. Un tipo, mira el reloj, corre la cara del espejo y sigue caminando con medio pucho al aire y un costillar que lo espera al final de la cámara.
Jean-Luc Tarrou
Comentarios
Publicar un comentario